jueves, 11 de diciembre de 2008

Recuerdo el momento que realicé esta foto. Era un día de invierno de hace lo menos 10 años. El Jardín Botánico de Madrid estaba especialmente hermoso, con esa luz grisacea que tan bien ilumina las fotografías. Paseaba con un amigo cordobés que había venido a visitarme y se me ocurrió tumbarme en uno de los bancos de piedra que hay instalados en el perímetro del jardín, coger la cámara, y sin enfocar siquiera, "tirar" esta fotografía. Salió muy bien, la verdad. Y, cada vez que la veo, pienso que las cosas que mejor salen son aquellas que hacemos sin pensar, simplemente porque en un momento determinado te apetece hacer algo y... lo haces.
Quisiera que siempre fuera así. No tener que reflexionar en todo momento lo que vas a hacer y decir. No tener que dar explicaciones al resto y a ti misma. Poder hacer sin que todo tenga consecuencias.
Algún día... al menos lo espero.

1 comentario:

Josune dijo...

no estaría mal... sin embargo también pone mucha salsa en la vida, unas veces dulce, otras amarga, otras agridulce...